Aprovechando que estamos dando el arte islámico en clase he encontrado esta noticia sobre la mezquita de Córdoba, la cual se encuentra en un proceso de manipulación histórica puesto en marcha por el obispado de Córdoba lo que ha provocado la internacionalización de la mezquita ya que científicos y expertos de diez países distintos han firmado un manifiesto para detener su manipulación. Según expertos la jerarquía católica “ha secuestrado su memoria y la ha convertido la joya de patrimonio histórico español en un monumento atrayente para “catecúmenos” (personas que se están instituyendo en la doctrina católica para bautizarse)
El detonante lo produjo el cabildo catedralicio cordobés en 2006 cuando matriculó la mezquita a su favor pagando 30 euros usando una “triquiñuela jurídica” para apropiarse un edificio que tiene millones de euros invertidos por el Estado. La iglesia defiende su apropiación por la orden que dio Fernando III en 1236 para que el edificio se usara como iglesia y que la mezquita fue levantada sobre la basílica cristiana de San Vicente.
La intención de la iglesia es la eliminación de su pasado musulmán, cambiando cosas como su nombre que en 2010 pasó a llamarse catedral de Córdoba, la negación a un grupo de musulmanes de realizar un acto religioso en la zona del mihrab.
Los denunciantes de la plataforma Mezquita-Catedral de Todos exige una dirección como la de Alhambra la cual tiene una gestión profesional, para controlar los problemas como la nueva ubicación de los baños en la zona del mihrab de Al Hakam II, o la propuesta de retirar una celosía de las puertas del Patio de los Naranjos para que puedan entrar en su interior las procesiones de Semana Santa, el coste de la retirada de la celosía de la nave 17 costaría unos 100.000 euros que serían asumidos por la iglesia.
Este no es el primer problema que genera la alteración de la mezquita ya que con la caída del imperio de Al-Ándalus el obispo Alonso Manrique decidió la construcción de la catedral en su interior, lo que creó una fuerte oposición en la que tuvo que intervenir el rey Carlos V.
SERGIO SÁNCHEZ JARQUE
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