Desde la ordenanza de civismo de 2006 en Barcelona se esfumó el graffiti como por arte de magia, todo el arte urbano que había crecido desde los 90 en esa ciudad primeriza de España en la adopción de esta nueva corriente de arte procedentes de Norteamérica se había visto entorpecida e iba en declive.
Pero los escritores y artistas de este Arte, junto con partidarios de este movimiento, no se quedaron de manos cruzadas y comenzaron a promover iniciativas para que no desapareciera por completo el graffiti dentro de la legalidad, ya que fuera, estaba claro que permanecería aunque de peor calidad. Barcelona había pasado de no tener regulación alguna a directamente prohibir.
Tras años de diálogo, acuerdos y tolerancia poco a poco ha habido permitiéndose y creándose nuevas formas de actuación y expresión para este arte de manera legal.
Esta semana se está celebrando la cuarta edición de la OpenWalls Conference en Barcelona, encuentro donde se proporcionan lugares y permisos para dejar expresarse a grandes maestros de "las latas". Esto hace ver claramente que ya hay un punto de inflexión acerca de este tema, tanto es así que dedicaron un día a revisar algunas normativas sobre el graffiti.
Diego García
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