La cueva de Altamira en Cantabria, descubierta hace 135 años por Marcelino Sanz de Sautuola y su hija María y cerrada sus puertas desde el año 2002, va a reabrir para que puedan elaborar un documental dirigido por José Luis López Linares. Pese a contar con el permiso del Ministerio de Educación, Cultura y Deportes, el cineasta ha tenido que esperar casi un año debido a las investigaciones científicas que desde 2012 se vienen realizando para elaborar el nuevo Plan de Conservación Preventiva y determinar el régimen de acceso.
El País acompañó esta semana a José Luis López durante los primeros días de rodaje en la caverna. Éstos vieron como medían la temperatura, la humedad, la presión atmosférica y el CO2, mientras el equipo estaba trabajando en su interior.
El rodaje estaba previsto del 6 al 16 de octubre y solo se autorizó para seis días intercalados y el resto de los días, que serían miércoles, viernes, sábado y domingo la cueva debe descansar, para que las pinturas no se deterioren. Además, el tiempo máximo de rodaje diario establecido es de 360 minutos entre todo el equipo; no obstante sólo se puede estar 120 minutos dentro de Polícromos, la sala en cuyo techo se encuentran pintados los bisontes, el espacio más protegido de Altamira. El maestro de Altamira va a guiar a López por la cueva enseñándole muchas de sus maravillas para que las pueda utilizar en su documental.
Muchos científicos temen que tan solo por visitar unas horas Altamira una serie de personas esas pinturas podrían desaparecer, pero lo más probable es que desaparezcan por la naturaleza, y nada podemos hacer contra ella.
Cuando habían pasado los tres días de rodaje, López pudo conseguir las imágenes y se dio cuenta de que el arte es parecido ahora que hace 15.000 años.
Tamara Pérez
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