La obra de Juan Francisco es una especie de biografía, que cuenta sus salidas nocturnas y revela cómo es su generación. La vida de las personas que van por las fiestas y celebraciones, son su objetivo. Primero las fotografía, y después las reproduce con sus distintas técnicas.
Todas las imágenes representan el deseo del artista por recordar momentos, que no sean olvidados por el paso del tiempo. No pretende resaltar lo extraordinario de los instantes, sino retratar lo intrascendente.
Aunque el resultado de su obra parezca una obsesión por una fidelidad a la realidad, Casas asegura que la hiperrealidad no es un fin. “Para mí que se parezca a la persona es básico, pues ella tiene que reconocerse. Pero lo más importante son los pequeños detalles, los gestos que capturo”, afirma.
Paloma Lorente Sebastián
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