miércoles, 27 de enero de 2016

“REINA, SANTA O DATE POR JODIDA”

Este no fue el caso de Josefa de Óbidos. A pesar del machismo de su época, esta feminista del siglo XVII alcanzó la cúspide del arte con sus cuatros. 
Su carrera empieza tras abandonar el convento en el que se encontraba con 23 años, con la influencia de los textos de Santa Teresa, ambas coincidían en la reivindicación de la mujer. A los 31 años el Museo de Arte Antiguo de Lisboa expone un centenar de sus obras. Heredó de su padre el gusto del bodegón y también se interesó por el Barroco.
Sus obras se caracterizan por su sensualidad y su sensibilidad, el reflejo de felicidad en los rostros de sus obras era un intento de escapar de la realidad de la época, en la que Portugal vivía tiempos de guerras y hambrunas. Como afirmaba el director del museo: “Las penas ya las vemos aquí, ¿para qué reflejarlas? Ella representa la felicidad que nos espera”.
La pintora muere a los 54 años con una gran cantidad de dinero y deja establecido que su herencia no fuera para ningún hombre.
Sonia Moreno

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