El pasado jueves, 12 de marzo de 2015, el alcalde de Lima, Luis Castañeda, anunció que serían borrados todos los murales del centro histórico de dicha ciudad. Elliot Túpac asegura que es por una rivalidad política, pues se realizaron cuando estaba en el ayuntamiento Susana Villarán. Estas pinturas serán sustituidas por el color amarillo (color de la nueva agrupación política), que cubrirá pronto los edificios abandonados, en mal estado y privados de ese centro histórico.
Esos murales fueron elaborados por peruanos y extranjeros, destacando los nombres de Entes, Pésimo y Elliot Túpac (jóvenes muralistas peruanos), en sitios donde no estorbaban, es decir, que no se realizaron en ninguno de esos 608 monumentos históricos que hicieron posible que el centro de Lima fuera patrimonio mundial, proclamado por la UNESCO. Por ello muchos ciudadanos están indignados por la sentencia de su alcalde y dicen que se deberían preservar por su originalidad. Por dicha indignación, muchos jóvenes se organizaron en grupos y se reunieron alrededor de algunos murales para evitar su desaparición y la aparición del color del partido Solidaridad Nacional.
¿Se deberían tapar los murales? Si los murales se realizaron por personas que no podían tener acceso al arte ¿de verdad deberían ser eliminadas esas obras de arte callejeras?
Tamara Pérez
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