El
cartel publicitario de esta cadena de grandes almacenes (como se señala en la
parte central inferior en inglés y en español), es un interesante laberinto por
el que nos atrevemos a perdernos para disfrutar descifrándolo.
La composición,
geométrica, organizada y equilibrada va acorde al marco arquitectónico que
ocupa el fondo, un conjunto de arcos de medio punto, bóvedas de cañón y arcos
carpanel (al fondo). Un fondo neoclásico que, a su vez, hace un guiño al tono
marmóreo del que está impregnada toda la imagen. Podríamos pensar que ese tono
hace alusión a la temporada de otoño, pero el cartel lleva expuesto desde la Navidad del año pasado,
así que no tiene por qué ser así. Además, la composición triangular del centro
sugiere la silueta del ya casi tradicional árbol de Navidad.
Sobre este fondo, en primer plano y en el
centro de la imagen, tres triángulos: uno escalonado y lleno de triángulos
verdes, negros y blancos que sirve de apoyo a la modelo cuyo vestido liso,
blanco en su mayoría, vaporoso (para nada escalonado), forma otro triángulo. Ambos
triángulos forman el tercer triángulo que los engloba cuyo vértice superior se
encuentra en el rostro de la modelo. La chica es la única presencia humana y
ocupa el espacio central con un gesto clave que da sentido al resto de la imagen.
Tiene los ojos cerrados y nosotros, como espectadores, vemos lo que ve, lo que
imagina. Los pájaros de la parte derecha, relacionados con la decoración
vegetal del vestido que produce un efecto de plumas de pájaro, son el puente
que une el espacio exterior con el interior, un espacio híbrido, suntuoso e
iluminado donde, como en los sueños, todo es posible. La indumentaria de la
modelo aporta nuevas referencias. Destacan las cadenas, los brazaletes (en espiral,
diseño que nos recuerdan a modelos íberos) y la gargantilla que, aun siendo
metálicos, tienen forma de encaje, un contraste que rompe una imagen idílica.
Estos
triángulos aportan un mayor equilibrio y sobriedad a la composición, además de
ser continuidad del logotipo de El Corte Inglés, situado en la esquina inferior
derecha, con un color contrastante y que sirve como un inicio al triángulo de
las bolsas de la parte central. En definitiva, una composición en la que se
enfatizan los valores clásicos: geometría, composición equilibrio, racional,
sobriedad, ensalza el arco de medio punto (y no esconde el arco carpanel, al
fondo), e incluso el tono marmóreo. Y como reafirmación de este estilo, la
decoración de dragones a candelieri en
el friso que recorre la estancia principal y las guirnaldas que recorren los
arcos. Este marco arquitectónico palaciego y sofisticado nos lleva a una
arquitectura historicista nutrida de variedad de estilos, desde la referencia a
Miguel Ángel en las pinturas del techo, los estucos asimétricos del rococó, las
referencias neoclásicas ya señaladas y las figuras femeninas de los capiteles y
los cajeados de los pilares de evocación modernista. Destaca el suelo laminado
de madera, un elemento contrastante del material orgánico y cálido con el
carácter frío e inerte del mármol que reafirma la contraposición del mundo
onírico y el mundo real.
A ambos lados
del triángulo, dos vanos de medio punto nos permiten la entrada a unas
grandísimas galerías donde encontramos un panorama arquitectónico descriptivo
de varias ciudades españolas muy influyentes en el desarrollo de la cadena de
estos grandes almacenes y de la industria textil en España: Barcelona, Madrid,
Sevilla y Valencia.
Para encontrar
un sentido al porqué de estas ciudades tenemos que recurrir a su historia. El
Corte Inglés inicia sus camino en Madrid y toma el nombre de una sastrería de
1890. En 1935, se compra la sastrería y se inicia un proceso de expansión y
crecimiento empresarial que se verá frenado durante la Guerra Civil. En
1940, Ramón Areces constituye ya la sociedad limitada El Corte Inglés. Del
mismo modo que la Guerra
Civil influyó en el desarrollo del gran almacén, también lo
hizo la época del Desarrollismo, los
años sesenta. Fue cuando se inauguraron nuevos centros periféricos, como en
Barcelona, Bilbao o Sevilla.
Desde finales de los sesenta hasta mediados de los noventa,
se da un fuerte crecimiento, caracterizado por la apertura de nuevos centros en
otras capitales de provincia y por la diversificación de la actividad
comercial: se crea la sociedad Viajes El Corte Inglés (1969), Hipercor (1979),
la sociedad Centro de Seguros (1982)…
Con el tiempo, El Corte Inglés ha ido creciendo, creando
nuevos centros por toda la
Península y en el extranjero, además de establecer convenios
con diversas empresas extranjeras que le permiten una mayor movilidad
empresarial y comercial. Queda así justificado la muestra de estas ciudades
españolas: Madrid, lugar de inicio y centro coordinador, Barcelona, Sevilla y
Valencia.
Dos conocidas
puertas son la vía de paso para acceder al resto de la arquitectura enmarcada
por los vanos de medio punto: la
Puerta de Alcalá y las Torres de Serranos (hacían –y hacen-
función de uno de los accesos principales a la ciudad de valencia). En el vano
de la izquierda, Barcelona y Madrid. La fácilmente reconocible Sagrada Familia
de Gaudí en Barcelona (iniciada en 1882) domina verticalmente un espacio en el
que entramos por la madrileña Puerta de Alcalá del arquitecto Francesco
Sabatini (1769-1778). Entre uno y otro, la plaza España de Sevilla con una de
sus torres. En el vano derecho accedemos por
el río Turia de Valencia (lo señala la vegetación de primer plano con palmeras
datileras o Phoenix dactylifera) ante
las Torres de Serranos (no son las Torres de Quart porque éstas son redondas,
no poligonales). Al fondo, como eje vertical, sobresale la Giralda de Sevilla y
todavía más al fondo, el skyne line
de Madrid con los rascacielos de la Castellana.
El tipo de
letra es CENTURY
GOTHIC. Fue diseñada por Monotype en 1991, basada en la 20th Century de Sol
Hess entre 1936 y 1947. Esta tipografía está muy indicada para lograr una buena
reproducción en los medios digitales actuales. Es clara, legible, grande y
sencilla, por lo que es muy empleada en titulares, rótulos, slogans… Como es
nuestro caso. La letra, que se ha empleado en el anuncio, además de ser legible
y clara, va a tono con el estilo neoclásico ya señalado.
Como elemento
anecdótico, la bandera de la Comunidad Valenciana, que nos dice que la imagen fue tomada en la Calle Colón de
Valencia.
Un anuncio
clásico en la composición, la letra y los tonos, elevado con el bilingüismo en
el texto (inglés y español), español por las referencias geográficas y de El
Corte Inglés por los colores ensalzados: el negro, el blanco y el verde (en el
fondo, la referencia al mármol y los detalles vegetales en los que no se ha
suprimido el color verde).
Rosa Gasque Rubio
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