La fuerza ejercida en los arcos de medio punto y apuntados va en diferente dirección lo que provoca que los arcos apuntados puedan ser más altos. El problema es que la fuerza ejercida sobre el arco puede provocar que las dovelas se descoloquen y el arco caiga, para eso se colocan los arbotantes.
En la catedral de Amiens encima de uno de los arcos apuntados (de más de 11m de anchura) habían salido bastantes grietas por lo que unos expertos fueron a solucionarlo. Con una máquina muy moderna que disponía de un láser que escaneaba la catedral en 3D, con ello pudieron comprobar que el arco debido a las fuerzas ejercidas sobre él se estaba abombando hacia dentro por abajo y hacia fuera por arriba, el problema de arriba era que en su construcción el arbotante fue colocado en una posición equivocada (demasiado alto) por lo que unos años después de su construcción otro arquitecto tuvo que construir otro arbotante más bajo que consiguió que la catedral siguiera en pie, pero esto es algo temporal.
Más tarde se convirtió en una de las primeras construcciones en las que se utilizó el hierro, se construyó una gran cadena que rodea la catedral por su triforio para que no se derrumbara, se colocó cuando aun estaba al rojo vivo para ejercer más tensión .El problema del arco por abajo era que un arco a su derecha de menor altura estaba ejerciendo fuerza sobre él por lo que la columna se estaba doblando. Los abombamientos eran pequeños (el de arriba de 10 cm y el de debajo de 20 cm) respecto a la anchura del arco pero al final provocarían el derrumbamiento de la catedral, una gran catedral hecha para albergar a todo el pueblo de Amiens (20000 personas).
En el pueblo de al lado, Beauvais quisieron hacer una catedral mayor que la de sus vecinos y aun hoy tienen la catedral gótica con la bóveda más alta, al ser tan grande se produjeron problemas estructurales, un día al inicio de la misa las piedras empezaron a caer pero la catedral no se derrumbó, ahora está con una solución provisional hasta que se decida una solución satisfactoria. En su construcción ya se utilizaron abrazaderas de hierro para unir los contrafuertes que fueron quitadas en 1960 y colocadas poco más tarde porque si no se derrumbaría las nuevas eran de acero lo que restó flexibilidad y provocó la salida de grietas.
En cuanto a la colocación de las vidrieras, se fabrican en un horno que está a mayor temperatura que la lava y se giraban mientras una persona soplaba por el tubo que lo sujetaba, al girar se aplanaba y redondeaba, luego se rompía en trocitos que se iban uniendo. Para darles color se unía con diferentes metales: cobre (verde) o cobalto (azul) por ejemplo.
Rodrigo Villarroya
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