martes, 28 de enero de 2020

La restauración del cuadro «más robado de la historia» sorprende por la humanización del cordero de Dios


La pintura más robada de la historia, obra maestra creada por los hermanos van Eyck llamada «La adoración del cordero místico» o también conocido como el Altar de Gante, ha sido restaurada.
Este cuadro ha sido robado más de 10 veces, por lo que se comprende el mal estado en el que se encontraba y la mejora que requería puesto que ha sufrido incluso quemaduras en su trayectoria.
Según cuenta «Iflscience», sería un vicario el primero que robaría la obra tras un primer siglo de tranquilidad, luego casi es destruido en un incendio por disturbios calvinistas y robada por las tropas napoleónicas. Durante la Primera Guerra Mundial, el cuadro terminó en un museo en Berlín, y su regreso a Gante se convirtió en una de las condiciones del Tratado de Versalles. Pero fue robado nuevamente, en la Segunda Guerra Mundial, Hitler y sus nazis también quisieron hacerse con él y otras tantas vicisitudes hasta ser considerada la pintura con mayores hurtos en su haber.
La pintura, efectivamente, representa a una oveja en un altar rodeada de fieles y está siendo restaurada por fases intentando seguir las formas del original, «con pigmentos similares».
Así, al final de la segunda fase del proyecto, los cinco paneles interiores inferiores, incluida la adoración central del cordero místico, han regresado a su hogar en la catedral de San Bavón este 24 de enero después de un tratamiento de tres años mientras que los ocho paneles restaurados en la primera fase llegarán en febrero. Y lo más sorprendente de todo fue la cara humanizada del cordero, que surgió bajo su aspecto más animal del siglo XVI. El cordero original tiene una «interacción más intensa con los espectadores», afirma Dubois que ahora le queda, junto a sus compañeros, investigar por qué los Van Eyck eligieron ese estilo de rostro con rasgos tan marcados.
En las redes también han circulado incluso memes subrayando la sorpresa que ha causado la visión del cordero que tenía el pintor en su momento original.
María Escuin

No hay comentarios:

Publicar un comentario