El Museo Guggenheim Bilbao presenta hasta el próximo 18 de mayo “Ernesto Neto: el cuerpo que me lleva”, una retrospectiva dedicada a la obra de Ernesto Neto (Río de Janeiro, 1964), uno de los artistas más sobresalientes de Brasil, famoso internacionalmente por sus esculturas orgánicas, a menudo de dimensiones colosales.
La exposición reúne una selección de más de cincuenta obras, algunas de las cuales se han reconfigurado específicamente para adaptarse a los singulares espacios arquitectónicos del Museo.
Son obras creadas para atravesarlas, habitarlas, sentirlas e incluso olerlas, con la intención de que el espectador pueda interactuar con ellas, sin perder de vista que, al mismo tiempo, son, como el cuerpo humano, frágiles y delicadas.
Como Ernesto Neto afirma, una exposición es un lugar para la poesía: “Todo el tiempo recibimos información, pero quiero que aquí se deje de pensar. Refugiarse en el arte. Pienso que no pensar es bueno, es respirar directamente de la vida”.
Es un trabajo en el que subyace, de forma permanente, el concepto de 'naturaleza como maestra del arte'. Es de la naturaleza de la que aprendemos, no cabe ninguna duda al respecto. En ella se encuentra y se resume todo. Estoy seguro de que algún día viviremos en plena armonía con el mundo natural, afirma Ernesto Neto.

Rubén Sánchez
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